Una vez se obtiene un volumen en papel con cierta gracia hay que empezar a dibujar. Midiendo con cuidado para que no se produzcan errores, se trazan las vistas principales. La precisión evitará problemas importantes cuando se empiece la tercera fase. En esta parte del proceso ya se vislumbra el resultado final y se conocen todas las fases. Las aristas vistas y ocultas desarrollan una percepción visual que ayuda a entender la complejidad de la figura.
Los alumnos se animan al apreciar que, efectivamente, es posible comprender un volumen si trabajan las vistas y se relacionan según el método unas con otras.
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